Friday, April 22, 2016

«De la angustia a la serenidad», del oncólogo José Luis Guinot


¿Cómo acompañar al enfermo de cáncer y vencer la angustia? Entendiendo que la vida es un camino...

Ante la enfermedad grave es posible vencer el miedo y vivirla con serenidad con la escala de valores correcta. Una cosa es el cáncer, y notar la posibilidad cercana de la muerte. Y otra cosa es la angustia.

La muerte siempre estará en este mundo. El cáncer, en sus distintas variantes, mata aún a casi la mitad de sus enfermos. Pero la angustia ante la enfermedad y la muerte se puede vencer y transformar en serenidad y paz, con humanidad, acompañamiento y sentido de vida.

Esa es la experiencia de 30 años del médico oncólogo José Luis Guinot. Más allá de su trabajo con radioterapia en la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO), como vicepresidente de la Asociación Viktor E. Frankl de Valencia ha estudiado con otros compañeros la vivencia del dolor, el duelo y el acompañamiento humano y emocional ante la enfermedad y la muerte.

A menudo comparte sus hallazgos con compañeros y actividades de la Asociación Humanidad Nueva, ligada al movimiento de los Focolares. Ahora lo hace también con el libro De la angustia a la serenidad: Acompañando al paciente con cáncer (Editorial Ciudad Nueva). Es un libro que, asegura, ayudará tanto a los enfermos como a los familiares y a quienes los acompañan.

Lograr la aceptación y la paz interior

Incluso en los casos en los que se constata que la muerte está cerca y es ya inevitable, Guinot señala que la angustia o depresión puede evolucionar a un estado de "aceptación y paz interior", en el que a la persona le basta estar acompañada y atendida para vivir en equilibrio sereno.

Los que trabajan durante años con enfermos de cáncer aprenden, dice el oncólogo, "que aquí no estás para siempre y que algún día seré yo o un familiar mío el que estará en esa cama, como ya ha ocurrido, y que la vida no puede estar apoyada en cosas banales".

Una vida mejor aprovechada

Eso ayuda a vivir mejor, con más intensidad, más en serio, con más sabiduría. "Le das más importancia a la vida y cambias la escala de valores. Aprendes que no tenemos un día que perder. Vives como si éste fuera el último día y, al mismo tiempo, con la misma ilusión que si tuviéramos toda la vida por delante. Con los enfermos aprendes que, mientras existe una pequeña esperanza, hay que aferrarse a ella. Hay que mantener y transmitir esa esperanza a la gente que tienes alrededor".

La esperanza y la alegría aportan a menudo a los enfermos, incluso a los terminales, un "tiempo extra" que es valiosísimo aunque pueda ser corto: es un tiempo de calidad, muy importante. "Tal vez es el tiempo más importante de la vida, porque será el tiempo en que te vas a despedir, a pedir o recibir perdón, a arreglar las cosas… Ésa es una de las ventajas del cáncer frente a una muerte súbita o un accidente: te deja algo de tiempo para acabar ciertas cosas", declaraba el médico hace un tiempo al reflexionar sobre el acompañamiento en estos momentos.

¿En qué basamos nuestra vida?

Al final, la pregunta por la enfermedad y la muerte conduce a una pregunta más práctica: ¿Cómo debemos vivir, en qué basamos nuestra vida? "Si la apoyamos en nuestro bienestar físico, antes o después fallará. Si la apoyamos en una única persona, cuando ésta desaparezca se nos caerá el mundo encima. Si la apoyamos en el trabajo, llegará la jubilación. Por eso, la mejor forma de vivir y llegar al final sin lamentarnos de haber querido vivir de otra forma, es precisamente no estar apoyado o ligado a muchas cosas. Disfrutar de ellas, pero sin estar ligados". Eso requiere una libertad de lo material que suele implicar un crecimiento en lo espiritual.

Acompañar implica respetar al ser humano

En el prólogo, la psicóloga Pilar Barreto Martín, otra experta en duelo y acompañamiento en la cercanía de la muerte, destaca que el trabajo de Guinot y los profesionales que exploran esta frontera es meritorio porque "supone poder mirar hacia el propio interior, experimentar la vivencia de la mirada del enfermo, conjugarla con las experiencias que escucha de los pacientes y familiares, a los que atiende y apoya en su día a día profesional. Entiendo que este ejercicio solo puede hacerse desde la madurez y la sabiduría que el respeto profundo por el ser humano confiere".

El libro expone algunos recursos cognitivos y emocionales que puedan ayudar a enfermos y seres queridos a adptarse a la cercanía de la muerte y las limitaciones de la enfermedad. Anima a establecer objetivos a corto plazo, a reflexionar sobre los propios valores, a buscar más apoyos...

Al final, como destaca Pilar Barreto, la fuerza para afrontar el reto viene de entender la vida «como un camino con sentido»: transmitir eso es lo que ayuda a las personas. El libro lo consigue con su lectura ágil y clara. Es un libro que acompaña, pero también crea acompañantes. Y acompañar es la gran respuesta humana ante el reto de la enfermedad y la muerte.

Fuente: religionenlibertad.com

Sunday, February 21, 2016

“Los sacerdotes no podrían dar la Unción de enfermos a quienes soliciten la eutanasia”, obispo de Ottawa, Canadá.

El Arzobispo de Ottawa, Canadá, Mons. Terrence Prendergast, realizó una advertencia a los católicos que pudieran pedir el «suicidio asistido» de acuerdo con la nueva legislación canadiense: una persona que pide que se ponga fin a su vida «carece de la adecuada disposición para la Unción de los Enfermos», por cuanto no contarían con los auxilios de la Iglesia para una buena muerte. El prelado recordó que el suicidio es un pecado grave.

El Arzobispo de Ottawa, Canadá, Mons. Terrence Prendergast, realizó una advertencia a los católicos que podrían llegar a considerar solicitar el suicidio asistido de acuerdo con la nueva legislación canadiense: una persona que pide que se ponga fin a su vida «carece de la adecuada disposición para la Unción de los Enfermos», por cuanto no contarían con los auxilios de la Iglesia para una buena muerte. El prelado recordó que el suicidio es un pecado grave y que los sacerdotes no podrían cooperar o acompañar este procedimiento.

El Sacramento de la Unción de los Enfermos requiere una preparación espiritual y no puede perdonar pecados que están por cometerse como sería el caso del suicidio asistido. «Pedir que su sacerdote esté presente en algo que está en directa contradicción con nuestros valores católicos no es justo con el pastor», afirmó el Arzobispo, según informó The Catholic Register.

«Por supuesto que un párroco intentará disuadir a un paciente de solicitar el suicidio y orará por él y su familia, pero pedirle que esté presente es en efecto pedirle que condone un pecado serio».
Además, el sacramento de la Unción de Enfermos exige, como los demás sacramentos, una preparación espiritual que no está presente en quien busca el suicidio. «Pedir ser asesinado es gravemente desordenado y es un rechazo a la esperanza que el rito pide y busca traer en medio de la situación». Los Obispos de Alberta ya habían aclarado la inmoralidad de la práctica y el hecho de que ningún católico –no sólo los sacerdotes– puede cooperar  en forma alguna con el procedimiento.

«El rito es para las personas que están gravemente enfermas o que luchan bajo el peso de los años y contiene el perdón de los pecados como parte del rito», agregó Mons. Prendergast. «Pero no podemos ser perdonados con anticipación por algo que vamos a hacer, como pedir el suicidio asistido cuando el suicidio es un pecado grave».

También otros obispos de Canadá

El Arzobispo de Montreal, Mons. Christian Lépine, anticipó que la legislación plantea desafíos especiales a los capellanes de los hospitales. «Cuando alguien pide la presencia de un sacerdote, cualquiera que sea la situación, uno dice siempre que sí», pero comparó la situación con la persona que encuentra a alguien a punto de saltar de un puente y debe hacer todo lo posible por evitar que salte: «Es lo mismo con los enfermos terminales». El enfoque de la visita del sacerdote sería entonces la promoción «del carácter sagrado de la vida desde la concepción hasta la muerte natural».

Con información de The Catholic Register